domingo, 17 de mayo de 2009

Una deducción muy costosa, y otras petardeces

Entre el lunes y el martes de esta semana conseguí liquidarme el repaso de la declaración de la renta. Al final me monto un circo con hoja de cálculo y todo para verificar cada resguardo concienzudamente guardado. No sé si realmente al común de los mortales le compensa tomarse estas molestias. Hay que reconocer que en temas de ingresos del trabajo y de las cuentas bancarias lo bordan (no me merecía la pena darle vueltas), pero en el resto (dividendos, gastos de administración y depósito, deducciones, etc), más te vale revisarlo, porque la pifian y no precisamente a tu favor.


En este año me sucedía que tal vez podía desgravarme por alquiler de vivienda (En la Comunidad de Madrid puedes deducirte el 20% de hasta 840 euros (es decir unos 176 euros) si tu base imponible es inferior a unos 25.000 y pocos euros. Como me dí de baja del curro en octubre, resulta que en mi base liquidable general no llegaba a esa cantidad, y pensé que podría aumentar un poco mi deducción. El asunto es que me hacía una copia del documento de garantía de depósito de la comunidad de Madrid, que probablemente obraba en poder de la agencia inmobiliaria donde contraté el alquiler, pero los documentos del contrato no tenía idea de dónde estaban, y tenía papelotes traídos de mala manera de Madrid en varias cajas.

Al final me lié a revisar papeles y más papeles (creo que si los pusiera haciendo una pila me llegarían hasta la cintura), y ya que estaba, pues a intentar organizar un poco y tirar morralla (tenía recortes de periódico de cuando el Banco de España intervino el Banesto de Mario Conde. En alguna página aparecía una foto de Pedro Solves sin canas).

Y después de tanto mirar, no encuentro los ansiados contratos. Lo cual al final daba lo mísmo, porque al sumar la base liquidable del ahorro me quedaba por encima del límite de la deducción. Así que al final me he pegado un atracón de ordenar papelotes, en mal momento (con otras cosas que hacer) para nada. Cosas que pasan por actuar sin cabeza.

Este año, como no vendí acciones, no ha habido complicaciones especiales. El hecho es que a la gente los temas de la declaración se le acaban atragantando cosa mala. La cantidad de tiempo que se invierte/gasta haciendo la declaración, entre todos los contribuyentes acabaría sumando una magnitud ingente. Cualquier mejora o facilidad que se hiciera en este campo sería un beneficio inmenso para la sociedad.


Ando dudando entre si hacer mis trabajos de máster con LaTeX o con OpenOffice. Al final me he cansado de pelearme con el LaTeX para que me funcione cada minúscula cosa, y trabajo con el OpenOffice como tenía costumbre. Al final un asunto culminante ha sido la necesidad de establecer enlaces dentro del texto, que dentro de un PDF pinches y te vaya al sitio. Tengo en mente utilizar bastantes referencias cruzadas, y no me gusta el modo en el que quedan con TeX.

Existen otros formatos de documentación que pudieran ser interesantes, como el DocBook o el Darwin/DITA, pero el caso es que no estoy en una situación como para asumir una curva de aprendizaje, comprometiendo otros objetivos inmediatos.

Esta semana me he puesto en serio a recuperar un poco de forma física. El plan no es estar saliendo a correr casi en plan diario y esforzarme para estar casi al límite de mi capacidad. La cuestión es estar en una forma decente mantenible con un esfuerzo asumible (por ejemplo salir a correr una vez a la semana, y darle a las pesas y las flexiones una o dos veces al día).

Al contrario de lo que se pensaba, en la edad adulta se siguen produciendo neuronas, que son útiles para el aprendizaje, y al parecer el ejercicio físico ayuda a generar nuevas neuronas y a mantener las que existen.

Estuve mirando en algún foro, y encontré alguna cosa interesante, que no había visto antes, pero que tiene bastante sentido. El asunto es que al hacer las flexiones hay que centrarse en hacerlas bien, y no en intentar llegar a una cuenta establecida. El asunto es que hay que conviene hacerlas con relativa lentitud (si se hace con velocidad puede que hagamos un esfuerzo violento en parte del músculo, mientras que otra parte apenas se ejercite), y cuidando no forzar en los extremos del movimiento (donde puedan sufrir las articulaciones).


martes, 12 de mayo de 2009

Economía sobrevirada y otras ocurrencias

Ya he hablado anteriormente de la crisis y de falsas soluciones, pero tenía algunas ideas más que pueden ser interesantes:

Compararía la crisis como una situación en la que un conductor entra demasiado rápido en una curva. Tendría que haber reducido velocidad antes, pero es tarde para lamentarse.
Si el conductor trata de sobrevirar, las ruedas derrapan y perdemos el control del vehículo.
Si el conductor frena, perdemos el control del vehículo.
Tampoco es bueno acelerar, pero sí que conviene mantener la velocidad.
La idea es controlar con suavidad el vehículo. Si el vehículo derrapa jamás sobrevirar, si no hacer contravolante (aunque sea aparentemente contradictorio) para recuperar la tracción. No frenar (aunque pueda parecer contradictorio), y actuar juiciosamente con el acelerador (que no se nos vaya demasiado el centro de gravedad hacia adelante).

Las conclusiones buscadas en esta comparación son que la economía debe de conducirse con prudencia (primero haber calculado mejor las distancias y haber reducido mejor), esto sería haber diversificado y reducido endeudamiento (anticipándose a los demás) antes de que estallara la burbuja. Por ejemplo en España los grandes bancos y algunas grandes constructoras han ido tomando posiciones más moderadas los últimos años, mientras que algunas entidades menores han entrado a todo gas y tienen mal remedio.
Después está el tema de la suavidad. Si las leyes y las políticas de un gobierno funcionan de determinada manera, suele ser mala idea dar un bandazo, porque puede perjudicar a quienes dependan de ello, causando un efecto dominó. Por ejemplo cuando en el año pasado, a causa del repunte de la inflacción se subió agresivamente el euribor, se perjudicó gravemente a quienes dependían de tipos de interés bajos (inmobiliarias, nuevos compradores).

Mención aparte merecen los funcionamientos paradójicos de algunos elementos en algunas circunstancias (como el contravolante). No debería servirnos de excusa para que cualquier elemento funcione como nos dé la gana en cualquier circunstancia. Debe servir de aviso y de invitación a comprender mejor el funcionamiento de las cosas, y sus comportamientos extraños.

Yo lo aplicaría el funcionamiento paradójico al uso del dinero público. Abusar del dinero público tiene el inconveniente de que genera un tejido parasitario en la sociedad (que en lugar de tirar del carro, pone el cazo, ya que no les es posible lo primero donde están, y su subsistencia depende de lo segundo). Por ejemplo imaginémonos un conjunto de obreros dedicados a la construcción de obras públicas superfluas, que no se buscan otro trabajo porque no están mal donde están, pero que se oponen fieramente a la idea de que alguien comprometa su sustento.

Supongo que lo sabio sería utilizar justamente el déficit necesario para evitar que el "coche" derrape (por ejemplo, si tenemos un sector competitivo, como el del automóvil que por circunstancias transitorias tiene problemas serio, interesaría mantenerlo a flote.

Sin embargo, como sucede en cualquier situación, todos quieren arrimar el ascua a su sardina. Las patronales dicen que hay que flexibilizar el mercado laboral, los sindicatos dicen que hay que blindar los trabajos y los sueldos, los bancos dicen que hay que inyectar dinero barato en el mercado. El mundo académico quiere dinero para investigación... Si no tenemos cuidado por contentar a todos podemos acabar no satisfaciendo a ninguno.

A mí aparte la aplicación del dinero público me da el temor de que se puede aplicar en beneficio de los amigos de los que gobiernan y de los espabilados de turno, y que no llegue a quien realmente lo necesita. Es una situación siniestra de primar a quien pone el cazo.
Sin embargo, a quien tira del carro, quien realmente generaba valor antes, y trata de seguir generando valor ahora, se le penaliza con mayores impuestos. Al final el éxito profesional acabará dependiendo no tando de la capacidad personal, si no de la adaptación a un sistema económico alterado.

Cabría pensar que si la Gran Depresión fue lo que fue, tan larga, pudo deberse a una política económica incorrecta que hoy pretenden aplicar de forma más agresiva, una política que inhibe la capacidad del mercado de autosanearse.

Un factor determinante a la hora de utilizar el dinero público (como cualquier dinero) es la rentabilidad marginal. Cada inversión tiene una rentabilidad. Si construimos una infraestructura, si formamos un operario, estas inversiones tienen un periodo de vida y un rendimiento a lo largo de este. Conocidos o estimados éstos datos podríamos calcular la Tasa de Rentabilidad Interna de esta inversión. Naturalmente los primeros euros trataremos de aplicarlos en las inversiones más rentables, y de forma ordenada iremos aplicando a las inversiones mejores que vayan quedando disponibles. La rentabilidad marginal sería la que obtendríamos del siguiente euro que aplicáramos.

Por otro lado, el dinero público no sale de la nada. Tiene que aportarlo un trabajador o un inversor. De la misma manera que el estado, estas personas aplicarán su dinero a aquellas cosas que le aporten mayor satisfacción o mejor rendimiento. Cuanto más dinero les tasemos, la rentabilidad marginal que les sustraigamos será mayor.

El punto ideal estaría donde la rentabilidad marginal del dinero público empleado sea igual a la rentabilidad marginal del dinero que deja de ser privado. No obstante todo esto resulta muy borroso porque muchas rentabilidades dependen de factores muy subjetivos y hasta paradójicos (¿Qué prefieres: 300 gramos de chuletón hoy, o 315 gramos de chuletón dentro de un año?)

lunes, 11 de mayo de 2009

Antidifamación Religiosa y Diatriba contra El Ente

Va en contra de mis principios ponerme a hablar de lo que no me toca, y que no puedo solucionar. Pero hay cosas que son recurrentes, y me acaba corroyendo las entrañas no escupir "mis verdades", a pesar de que alguien me pueda odiar por ello.

Hoy (11/May) en las noticias de TVE1 las 15:00, y también en el podcast de BBC Global News de las 9:00 AM se ha cubierto la noticia de el viaje del Papa a Israel.

No suelo ver el telediario de la primera. Para acabar crispado viendo adoctrinamiento seudo-progre pagado con dinero de todos, prefiero ver las noticias en Antena 3, o incluso en la quinta (aunque no tengan tantos millones para pagar dietas y acaben abundando en los sucesos).

Para muestra un botón. Van estos seudo-informadores y te sueltan lo irónico que resulta que el Papa se alinee con los judios cuando en su juventud estuvo relacionado con los nazis. Cualquiera puede pensar que el Papa fue pro-nazi, o vete a saber qué barbaridad.

Esta manipulación fragrante ha aparecido en TVE y en la BBC. Se trata del clásico sacar de contexto palabras o hechos, de tal manera que dan una impresión irreal que favorece el sesgo ideológico del "comunicante". 

Es cierto que el jóven Joseph Ratzinger fue incorporado a filas y a las juventudes hitlerianas en 1941, y sirvió primero en una batería de Artillería Antiaérea, en 1943 y después en Infantería. Esto por sí solo da que pensar. Pero en realidad se trata de una verdad mutilada. Lo cierto es que dicha afiliación no fué elección del jóven Ratzinguer. Esa afiliación en realidad venía impuesta por ley.
Hablan en la Wikipedia sobre el asunto, y dan alguna referencia, como una entrevista al historiador Hans-Ulrich Wehler en el Spiegel(aunque, como está en Alemán, no sé si hablan del Papa o de la berenjena frita).

Otro de los puntos que trataban en la noticia era la difícil situación de los cristianos en Tierra Santa, y achacaban el problema a los judíos (como si no sucediera que algunos palestinos, sin que la Autoridad Nacional Palestina haga nada por evitarlo, acosan, abusan e incluso atentan contra los cristianos. He podido leer de cinco atentados con bomba contra templos y del asesinato de un converso).

Tal vez mi opinión sea demasiado radical en este aspecto, pero si de mi dependiera, desmantelaría determinados entes públicos (que en realidad sirven de forma poco disimulada a intereses sectarios) y subastaría los activos.

Dicho de un modo un poco simplista: Estos entes públicos son un punto de atracción para los partidarios de una sociedad estatalista (en lo económico, en lo cultural), en detrimento de la iniciativa individual. Estas personas (ya sea por su tendencia de origen, o por el interés en que gobierne un partido afín a favorecer el ente) tienen un sesgo, y con el tiempo forman una comunidad con intereses comunes, de tal forma que dicho sesgo se refuerza. Medran los individuos con un sesgo más acusado y son apartados los que son contrarios. Incluso van asimilando ideas de los partidos afines que en un principio no venían incluidos en el "kit" (como el anti-imperialismo, el antisemitismo y el anticlericalismo).
En el caso de la educación y de los medios de comunicación, estos entes acaban convirtiendo en un motor de adoctrinamiento de masas, donde llegado un punto ya no importa tanto la calidad de la información y de los argumentos utilizados, si no si éstos cuadran bien con la ideología hegemónica. Como ejemplo está lo recién mencionado del Papa, o el cuento de la hipocresía.

A mi modo de ver, si se quiere unos medios de comunicación de calidad, una educación de calidad, una sanidad de calidad, una justicia de calidad... ; el camino no es crear unas castas estatalistas, en cierto grado cautivas del PSE. Acabo de describir por el camino que (creo que) nos están llevando en España.
El medio para tener entes de calidad es establecer unos reglamentos y unas recomendaciones de calidad, y obligar/incentivar su cumplimiento a los entes privados.